El deseo sexual inhibido es básicamente una falta de interés en la actividad sexual. Es cuando alguien no tiene ganas de tener relaciones sexuales, y eso puede ser un problema si causa estrés o afecta a la relación de pareja. No es lo mismo que la asexualidad, ya que las personas con inhibicion sexual solían tener interés sexual, pero lo perdieron o disminuyó significativamente.

Este fenómeno, de falta de deseo sexual,  puede tener varias causas, como problemas emocionales, estrés, problemas de pareja, condiciones médicas, o efectos secundarios de medicamentos. Es importante hablar de esto y buscar ayuda si es necesario, ya que el deseo sexual es una parte importante del bienestar general.

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Causas psicológicas y físicas del trastorno sexual inhibido

El trastorno del deseo sexual hipoactivo puede tener varias causas, tanto psicológicas como físicas.

Factores psicológicos

Las causas psicológicas incluyen el estrés, la ansiedad y la depresión. La baja autoestima y experiencias traumáticas también pueden contribuir. Problemas de relación como conflictos con la pareja o falta de comunicación también pueden afectar el deseo sexual.

Factores físicos

En cuanto a las causas físicas, el desequilibrio hormonal es una de las principales. La menopausia, el embarazo y problemas de tiroides pueden tener un gran impacto. Además, algunas enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión pueden reducir el deseo sexual. El uso de ciertos medicamentos, como los antidepresivos, también puede ser un factor.

Es importante recordar que cada persona es diferente y puede experimentar el deseo sexual inhibido por una combinación única de factores. Consultar con una sexóloga puede ayudar a identificar las causas específicas y encontrar soluciones adecuadas.

El deseo sexual inhibido puede tener varias causas psicológicas, entre las más comunes se encuentran:

  1. Estrés y ansiedad: La presión del trabajo, problemas financieros o preocupaciones diarias pueden afectar tu libido.
  2. Depresión: La tristeza profunda o la falta de interés en actividades diarias también impacta el deseo sexual.
  3. Problemas de autoestima: No sentirte bien contigo mismo puede reducir tus ganas de tener relaciones.
  4.  Experiencias negativas en la sexualidad o en las relaciones pueden inhibir el deseo sexual.
  5. Problemas de pareja: Conflictos, falta de comunicación o resentimientos pueden disminuir el interés erótico.
  6. Fatiga o problemas de sueño: El cansancio extremo también puede ser un factor importante.

Entender estas causas es clave para abordar el problema y buscar ayuda profesional si es necesario.

Tratamientos y consejos para abordar la inhibición del deseo sexual

La prevalencia del deseo sexual inhibido puede ser complicado, pero hay formas de abordarlo. Primero, es importante hablar con un profesional de la salud para descartar problemas médicos.

Además la terapia sexual también puede ser útil para explorar y entender las causas. Si el estrés o la ansiedad están afectando tu deseo sexual, practicar técnicas de relajación como yoga o meditación podría ayudar. Mantén una buena comunicación con tu pareja para que ambos entiendan lo que está pasando y puedan trabajar juntos en soluciones.

Recuerda que mejorar la conexión emocional con tu pareja puede reavivar el deseo. No olvides cuidar tu salud física con una dieta equilibrada y ejercicio regular, ya que el bienestar general influye en el deseo sexual.

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